Todo tiene su final y nada dura siempre. Simbólica canción que expresa una época que evoca a muchos la llamada era de la salsa dura y que a su vez expresa ahora el inicio del fin de un subsidio a la contaminación. El pasado lunes 2 de junio el gobierno sacó del fondo de estabilización de combustibles a las gasolinas de 95 y 97 octanos, mediante la ampliación de la banda del fondo de estabilización (también esta la gasolina de 98 octanos). Esta medida deja sin subsidio a parte del total de combustible consumido en el país, aunque en realidad se supone un subsidio a la producción de las refinerías.

Tampoco es una reducción considerable del fondo, que gasta por semana cerca de 80 millones de soles y espera un crédito suplementario por 200 millones más. Las gasolinas que han sido “liberadas”, apenas representan el 1.6% del total de ventas de las refinerías, según datos del ministerio de energía y minas para abril pasado. Pero, la importancia de este hecho, es que el gobierno ha empezado un proceso que, espero, pretenda sincerar los precios de los combustibles, para que el proceso del cambio de la matriz energética del país cambie, osea dejar el petróleo por el gas natural. Asumo que así es, pues un subsidio como este ya esta siendo imposible de mantener debido a la enorme volatilidad de los precios del crudo, que fácil lleguen a los 200 dólares por barril antes de fin de año.











Pero, ¿cómo funciona el fondo de estabilización de precios de los combustibles? En un principio, en el 2004, la primera política que se aplico para reducir el precio de los combustibles y que no acareé malestares en los consumidores, fue reducir el impuesto selectivo al consumo, que en el caso de los combustibles es un porcentaje fijo. Esta medida fue desestimada debido a la creciente alza del precio del crudo, ya en ese entonces. El fondo de estabilización nace en el 2005 con el supuesto de que el precio del crudo aumentaría, pero también se reduciría; entonces se conformó con un aporte inicial del gobierno (s/. 60 millones), y después se conformaría con aportes de productores e importadores efectúen a los precios de los productos, dependiendo de si los precios de referencia de los combustibles se encuentran por encima o por debajo de la franja de precios establecida para cada uno de los productos. Esta franja es elaborada por el MEF, asumiendo los precios que pública el Osinerg, siendo esta franja cambiada muchas veces. En caso el precio de paridad (precio de referencia actual del crudo) supere el techo de la franja, el fondo subsidia a las refinerías, en caso contrario, el precio de paridad este por menos del piso de la franja, las refinerías tendrán que aportar al excedente al fondo. En un principio, se suponía un fondo sin intervención de fondos públicos, pero al ser el Estado su única garantía, se hace más acorde técnicamente a un financiamiento directo.









El fondo actualmente tiene una deuda por 1300 millones de soles, que representa cerca del 0.2% del producto bruto interno, deuda que a su vez se va acercando a los ingresos en el año 2007 por impuesto selectivo al consumo sólo para combustibles, que fue de 2419 millones. A pesar que esta deuda es acumulada desde la creación del fondo (desde el 2005), el gobierno sigue en su política adicional de reducción en la tasa del selectivo al consumo, que se refleja en las cifras: 3176 millones en el 2004 y 2419 millones en el 2007. Considerando en este mes, una nueva rebaja que, de seguir existiendo el fondo, igualaría la deuda por el fondo a los ingresos por el selectivo, además que se elevaría a un 1.2% sobre el producto bruto, considerándose incontrolable por su cercanía a la meta de 2% de superávit fiscal.








No cabe duda que la situación no es fácil de manejar, considerando que la creación del fondo si fue una necesidad para salvar la “competitividad” del país, siendo los costos de transporte vital para los precios del país. Es natural que el aumento del precio del crudo incremente severamente los precios también de la cadena de productos a los que está ligado, razón por la cual la tasa inflacionaria no se ha elevado más de lo debido, pues no se han sincerado los precios, aislando al país de procesos que se ven en todo el mundo. No quiero parecer como partidario de la eliminación del fondo, aunque la idea me atraiga más de lo debido. Estos precios mundiales seguirán creciendo por cuestiones meramente especulativas de la OPEP, el monopolio que controla el mundo, y por lo tanto la represión a sincerar los precios de los combustibles en general nos llevará a crear una bomba de tiempo que tendrá que explotar cuando los precios sean inaguantables.

Solución: ¡el cambio de la matriz energética! Es urgente que la plaza vehicular urbana se cambie del diesel o gasolina a gas natural, que nos permita un autoabastecimiento. El cambio no es fácil, pero tuvo que hacerse hace mucho. ¿Porqué no se hizo? Ni idea, pregúntenle a Toledo. Ahora se hace más evidente que los esfuerzos son cada vez mayores, sobretodo porque hay ya la firme decisión de terminar con el fondo, que sólo subsidia una competitividad fantasma, irreal que no es sostenible. Ahora el gas no es la panacea, pero no tenemos otra opción mejor. El gas es bueno para la circulación urbana, no siendo así para el transporte de carga o interprovincial, debido a las dimensiones enormes que tendrían que tener los tanques dentro del vehiculo. ¿Alguien dijo los biocombustibles? Si, claro, si quieren olvidarse de comer pan en el desayuno.

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