Si el precio por barril del petróleo esta por los 30 dólares, ¿porque no baja el precio de sus combustibles derivados? Parecería lógico que deban bajar los precios de la gasolina, gas licuado, diesel y demás derivados dado que el componente principal, el petróleo crudo, ha bajado significativamente de precios, y así que los productos cuyos costes dependan significativamente del combustible (alimentos y transporte) se reduzcan también. Esto sería cierto si estuviéramos en un mercado competitivo y libre de subsidios estatales, pero como no es así…


Tal vez muchos no sepan que el precio del petróleo desde que empezó a subir a niveles no pensados antes (más alla de los 80 dólares) comenzó a ser subsidiado por el gobierno peruano para evitar que la población sienta la verdadera alza de su precio y, así, conllevar a funestas consecuencias sociales. Lo cierto es que a pesar de lo elevado que estaba el galón de combustible, hubiera estado peor si el gobierno no hubiera actuado. Pero como siempre, nada es gratis, entonces se creo el fondo de estabilización de combustibles, cuyo sistema para reducir los shocks de los precios del crudo fue explicado en este blog en un anterior post, que sería bueno que revisen para entender algunas cuestiones que hasta ahora no quedan claras:


Pero, ¿cómo funciona el fondo de estabilización de precios de los combustibles? En un principio, en el 2004, la primera política que se aplico para reducir el precio de los combustibles y que no acareé malestares en los consumidores, fue reducir el impuesto selectivo al consumo, que en el caso de los combustibles es un porcentaje fijo. Esta medida fue desestimada debido a la creciente alza del precio del crudo, ya en ese entonces. El fondo de estabilización nace en el 2005 con el supuesto de que el precio del crudo aumentaría, pero también se reduciría; entonces se conformó con un aporte inicial del gobierno (s/. 60 millones), y después se conformaría con aportes de productores e importadores efectúen a los precios de los productos, dependiendo de si los precios de referencia de los combustibles se encuentran por encima o por debajo de la franja de precios establecida para cada uno de los productos. Esta franja es elaborada por el MEF, asumiendo los precios que pública el Osinerg, siendo esta franja cambiada muchas veces. En este caso, el precio de paridad (precio de referencia actual del crudo) supere el techo de la franja, el fondo subsidia a las refinerías, en caso contrario, el precio de paridad este por menos del piso de la franja, las refinerías tendrán que aportar al excedente al fondo. En un principio, se suponía un fondo sin intervención de fondos públicos, pero al ser el Estado su fuente de garantía, se hace más acorde técnicamente a un financiamiento directo.


La razón de porque no bajan los precios de los combustibles es simple, dado que el petróleo esta tan barato, ahora es el momento en que el Estado recupera los fondos que ha subsidiado durante varios meses. Tal vez esto parezca injusto para muchas personas y crean que el fondo deba desaparecer, pero esto es renegar del pasado, cuando el fondo fue “bonachon” y ahora solo este pasando la factura de subsidiar. No es justo ni injusto en ningún caso, tan solo es necesario.


Al parecer, existirá una tendencia a que los precios se reduzcan, medida que seguramente se apoyará en la reducción de la franja inferior del fondo, para así recaudar menos, algo que es necesario para amilanar los efectos de la “crisis” y mantener la estabilidad de los hogares. Recuerden que nada es gratis, y es hora es empezar a ajustarnos.

 

¿… y la economía?

 

El petróleo no llegó a superar los 200 dólares, y eso ejemplifica cuan difícil es el poder de predicción de los economistas. Muchas veces sólo nos guiamos por percepciones y dejamos de lado los modelos matemáticos (sea el método que utilicen), apoyado por la compleja volatilidad de muchas variables, en este caso el precio del petróleo que tiene un componente especulativo muy fuerte. No es mi intención defender la posición de quienes aseguraban que el petróleo se iba por las nubes, a pesar que nunca estuve de acuerdo con esa posición, pero tampoco percibí que llegaría a niveles como los actuales. Lo cierto, es que el 2008 nos deja una gran lección para los economistas, muchos retos por cumplir y algunas cosas que reformular. Feliz año 2009 para todos y que la “crisis” no los detenga.

 

Coming back

Y se acabo mi ciclo en la universidad. Por fin después de tantas semanas de esfuerzo, se acabó el que es para mi, uno de mis ciclos más productivos en cuanto a dedicación de mi parte. Aún me faltan dos notas, pero al menos puedo pasar una navidad tranquilo. El costo de ese esfuerzo fue haber abandonado durante una larga temporada (casi dos meses) el blog, que estuvo a su suerte el pobre.

Cuando comencé este proyecto, pues definí siempre que escribiría según lo que yo crea que sea conveniente y de acuerdo si lo creía pertinente, es decir, nunca pensé en llegar a ser un blog popular (cosa que he cumplido). Ahora que ya comencé a trabajar (necesito practicar, ya que mi universidad no tiene el sistema de facil, digo, isil), mantendré el ritmo, aunque sea una vez a la semana, pues los sábados son Fiesta y los domingos de resaca. Nos leemos.

Cade 2008: que tal con!


¿Por qué no nos ven como nos vemos? Una simple, y algo ilusa, pregunta que fue uno de los ejes del pasado CADE realizado en Lima. A manera de resumen, en un principio la frase del evento fue “el momento es de primera, no juguemos en segunda” en relación al buen momento que pasa nuestro país y antes de que reventara la crisis financiera en la cara de muchos. Luego fue cambiada a “el reto es de primera, (…)” para bajar un poco el sobrestimado ilusionismo peruano. Como todos los años, los “grandes” empresarios se reunieron una vez más para “debatir” sobre la realidad nacional y como lograr promover el desarrollo económico. Paras variar, fuera de una especie de minicumbre empresarial llena de poses, como es el estilo de todas las cumbres, pero esta vez lo hubiera pasado por alto sino fuera que ya se paso un poco de concha.

 

Generalmente, los cade tratan temas como la inclusión social, el desarrollo del empresariado, un mayor apoyo del gobierno (¿más?) y demás temas que no pasan de la primera semana en que empieza y termina este evento. Estoy seguro que no muchas personas saben de este evento y así, lo supiesen, no creo que les interese a menos que estén directamente vinculados. Una vez tuve la oportunidad de asistir (la última vez que se hizo en Lima si más no me equivoco) y pude comprobar la pompa que lo rodea. Pero bueno, ese no es el tema. La principal razón por la cual la cade no trasciende, es que no pasa de ser un evento comercial cuyas “conclusiones” solo quedan en el papel. Pero una cosa es dejarlos crear una fiesta porque tienen derecho, y otra cosa es comprobar porque los empresarios peruanos viven en un gran globo.

 

La pregunta inicial es la más sosa que he visto en todo el programa de este año, razón por la que me interesé. Existen muchas razones por las cuales la gente no cree en el empresariado “grande” peruano, pero al menos creía que ellos sabían esas razones. Su pregunta me revela que no. Ellos viven creyendo que lo que hacen es lo mejor y que la gente no los entiende. Habemus sesgo. ¿Porqué las personas no verían a los empresarios como ellos mismos se ven?¿Será porque uno siempre tiene una idea diferente de si mismo diferente al resto?¿o será porqué en realidad la forma en que ellos se ven no es la correcta? Son acusados de rentistas y con justa razón. No existe una clase empresarial en el Perú que sea capaz de mover el desarrollo del país por su cuenta. Existen excepciones claro, pero la mayoría de estas excepciones provienen del sector empresarial emergente. Casos muy significativos son los Añaños, los Torvisco, Gamarra o empresas como Intradevco. Pero del otro bando, existen casos que reflejan el poco compromiso con el desarrollo del país, por ejemplo los Wong (el caso más sonado y emblemático). Es el común entre el empresariado tradicional ligado a la oligarquía limeña (aunque suene tan trillado el termino) de promover el desarrollo económico mediante la inversión extranjera y no la propia. Tan sólo hay que hacer un poco de ejercicio histórico para recordar casos más que conocidos por todos nosotros.

 

Que mayores razones que estas para considerar al empresario peruano rentista y no promotor principal del desarrollo. Muchos de ellos tendrían que cambiar su espejo o, en el mejor de los casos, comprarse una píldora de “ubicaína” diaria.

(*)Ilustración de Mario Molina, sección contra el tráfico Día 1.

Una tarde de aquellas en la que suelo tomar una siesta que me haga olvidar el stress de la universidad, fue interrumpido por una llamada de auxilio. Era una amiga estudiante de comunicaciones que me pedía (casi exigía) que le resumiera en pocos minutos todo sobre la crisis financiera americana, ya que tenía toda la información pero no entendía ni papas. Suelo no ser muy “comprensivo” cuando me despiertan súbitamente, pero bueno, se trataba de una de mis mejores amigas y empecé la cháchara explicativa. Además, conversando con muchos amigos, se que muchos estudiantes aún no la tienen clara, por diversos motivos. Parte de esta anécdota, me recuerda a la poca facilidad explicativa que tienen muchos economistas y que es un severo problema para los que queremos llegar a serlo. En este post intentaré explicar de manera sencilla y algo didáctica toda esta profunda crisis, dedicado especialmente para todos aquellos ajenos al mundo de la economía y sus “ilustrados” exponentes.  No esperen muchos tecnicismos ni un análisis profundo, pues no es la idea.

 

Érase una vez en el año 2001, una crisis muy parecida a la actual sólo que existían otros personajes. En ese año se produjo un fenómeno llamado la burbuja de Internet, bajo el cual muchas empresas tecnológicas subieron súbitamente el precio de sus acciones en bolsa. Esta burbuja no pudo más y explotó, quebrando así miles de estas empresas y causando una crisis dentro de la economía americana. Una de las medidas tomadas por la FED (el banco central americano) fue rebajar las tasas de interés con el fin de dinamizar la economía para salir de la crisis. Sumado a estas medidas, los diferentes bancos de EEUU empezaron a apostar por nuevas formas de crédito, uno de ellos es el llamado crédito subprime. Este tipo de crédito (básicamente hipotecaria) esta destinado a personas de alto riesgo crediticio, cubierto por tasas de interés más altas a las estandar.

 

En los EEUU, esta vorágine por el crédito creo una especie de boom crediticio auspiciado por las bajas tasas de interés. A su vez, el mercado de crédito inmobiliario (el más grande) forjó su propio boom inmobiliario, con el aumento en el precio de las casas. Bien, es así que entonces se generan todas las condiciones para la llamada burbuja inmobiliaria. Una burbuja (económica) es un  fenómeno bursátil en el que un activo eleva grandemente su precio real, de manera especulativa, y que tiende a caer enormemente de precio también de manera rápida ante la gran cantidad de vendedores y pocos compradores. Ahora en el caso de crisis inmobiliaria, el hecho fue que estas personas de alto riesgo no pudieron seguir pagando las cuotas al banco, entonces el banco tuvo que tomar sus casas, pero no sólo fue una, sino muchas personas que dejaron de pagar. Los bancos empezaron a tener problemas de liquidez y las casas empezaron a perder valor, al crecer la oferta de casas y haber pocos compradores. Es decir, las peores pesadillas de un banquero hechas realidad.

 

Ahora, ¿cómo esta crisis desencadenó en la crisis actual? Pues no muchos lo veían venir. El sistema financiero americano es muy complejo y me tomaría metros abajo explicarlo. Los bancos comerciales y los de inversión emiten títulos que son negociados en bolsa. Estos títulos al desencadenarse la crisis, sufrieron grandes bajas ante la crisis inmobiliaria, produciéndose los días “negros” de Wall Street. Esta pérdida de valor de los títulos emitidos por los bancos, sumados a la falta de liquidez, creó la crisis financiera en sí. Por ejemplo, el principal banco de inversión en créditos hipotecarios, Ben Stearns, a principios de este año tuvo pérdidas acumuladas enormes, generándose una crisis en la empresa, expresada en la pérdida de valor de sus acciones. El gobierno americano salvó esta empresa. La reserva federal compró el banco a un precio sumamente menor, debido al estado grave en el que se encontraba. Si no lo hacía, la cantidad de empresas que están ligadas a este banco hubieran tenido consecuencias funestas derivadas de la quiebra de este banco. El caso para los demás bancos es muy similar, tanto en EEUU como en Europa.

 

El sistema financiero en todos los países es la parte neurálgica de todo el sistema económico. Es aquí donde las empresas consiguen el crédito para sus inversiones, es aquí donde los bancos redistribuyen los ahorros de la gente con el objetivo de optimizar los recursos. Si una crisis ocurriese, los efectos serán inmediatos en el sector real de la economía. Los bancos recortarán súbitamente la cantidad de créditos, entonces el nivel de inversiones de las empresas descenderá. La economía americana entrara en recesión. Esto producirá que disminuya la oferta de empleo. Muchas personas perderán su empleo, disminuirá su nivel de consumo, y encima el valor de sus propiedades esta por los suelos.

 

A grandes rasgos, lo que se viene para EEUU no pinta nada bien. Aunque no será una crisis tan desastrosa como la gran depresión pues hay muchas diferencias, las repercusiones en el Perú serán muchas. No es cierto que el país este blindado, ninguno en el mundo lo esta. Las exportaciones hacia EEUU y Europa disminuirán y eso tendrá repercusiones en nuestra economía, pues dependemos muchos del comercio con ellos. Además, las inversiones provenientes de los países desarrollados disminuirán también. En economía llamamos a esto un ciclo económico. EEUU entrará a una etapa recesiva, entonces es cuando los demás países debemos emplear políticas “contracíclicas”, que aminoren los efectos de esta crisis. Eso es tema de otro post.

P.D. No suelo recomendar videos, pero este es muy bueno:


Haciendo un alto a mi agitada (claustrofóbica)  semana de parciales y a unas cuantas horas de mi primer parcial de econometría II, me siento orgulloso de que este blog haya sido recomendado por Peru21 en su espacio diario mundo blog.

La verdad que hubiera pasado inadvertido por mi, sino fuera porque tenía que revisar una info anoche y aproveche para revisar mi blog donde encontre un comentario de Juan Carlos Goicochea con la buena nueva. Automáticamente revise si era cierto, y al confirmarlo me embargo la alegria (algo de fama siempre cae bien). Ahora estoy en la busqeda de la edición de ayer de Perú21 en todos los puestos de periódico donde voy. 

Es preciso recalcar que es un pequeño avance para la comunidad económica de la blogosfera, pues nos indica que vamos por buen camino en nuestra labor de acercar nuestra ciencia a la comunidad, a pesar de las críticas. Es claro que muy buenos blogs amigos continuarán apareciendo (si es que no lo hicieron ya) ahora que la economía esta de "moda". Agradezco a Peru21 por la recomendación y al creador de ombloguismo por el dato.

Yo no uso mi CMR!


La billetera está vacía. Pero aún así te animas a ir al centro comercial. Te das cuenta que tu billetera no está tan vacía, es más, esta rellenita. Pero no hay billetes. ¿Qué hay entonces? Una tarjeta de crédito por cada tienda a la que vas. Entras a Saga Falabella y vez la oferta del siglo: eso que siempre quisiste con 20% de descuento y encima ¡lo puedes pagar en cuotas! Corres a la caja, sacas tu CMR, firmas y te vas feliz. Aquí comienza la historia.


El crédito como herramienta de acceso al sistema financiero ha probado ser eficiente en muchos términos, especialmente en los casos de créditos de consumo y en el programa mi vivienda. Las personas al acceder a una tarjeta de crédito amplían sus posibilidades de consumo actual, reduciendo su presupuesto futuro. En el Perú, por el crecimiento grande y sostenido que viene teniendo, la liquidez del sistema financiero se ha incrementado enormemente, básicamente por el papel de las AFP, el crecimiento de los ahorros y la entrada de nuevas empresas. Todo esto amplió el mercado de crédito, haciendo que sea de fácil acceso y barato en muchos casos. Más personas ingresaron al sistema, lo que permitió a un grupo enorme de gente sentirse “parte” del boom económico del país. Todo bien hasta aquí.


El problema económico aparece aquí por todos lados. En primer lugar el crecimiento de la demanda interna se ha respaldado en consumo de crédito. Las personas están consumiendo más a expensas de su futuro. El crédito de consumo, es cierto, ayuda a mejorar tu calidad de vida, pero no es eficiente desde el punto de vista de las familias, pues disminuye su capacidad de ahorro. El crédito sólo es recomendable para gastos en bienes duraderos, como la vivienda, una tv o un auto, pero no para comprar arroz o una bembos a la semana. Acumular tarjetas de crédito sin una cultura del crédito, sin saber sus riesgos, pude cobrar muchas víctimas. Obviamente Ripley y Saga te enamoran, te seducen y muchas veces te atrapan. Lo mejor es la compra al contado y usar el crédito cuando sea necesario. El crédito no esta mal pero hay que usarlo con cautela, no esperemos a que aparezcan los hombrecitos amarillos de Ripley.


Para variar el problema no parece serio cuando hablamos de una familia, pero en conjunto suena diferente. El crecimiento de la demanda interna es respaldado en buena parte por el consumo a crédito. La producción aumenta, crecen las empresas, el PBI aumenta y todos felices. Tan fácil no puede ser. El crecimiento de la demanda interna tiene presiones inflacionarias, que se hacian cada vez más notorias desde el 2006. Esto lo saben muchos en la SBS, pero no hicieron nada para regular el mercado del crédito (las tarjetas se entregaban en días, sin un minucioso análisis crediticio, además cada tienda tenía su propia tarjeta) sobre todo por que la tasa de inflación era baja y la economía iba bien, “no espantemos la inversión”. Pero hoy, con la inflación inesperada, recién se toman medidas para reducir el nivel de créditos de la gente. Al elevarse los precios, la gente empieza a consumir a crédito esperando salvaguardarse, presionando más la demanda interna, minimizando los efectos de la política monetaria que hace unos meses empezó a elevar la tasa de interés de referencia, haciendo el crédito caro y espantando a la gente para no usar sus tarjetas. La advertencia estaba dada hace mucho. El nivel de créditos crecía demasiado rápido, creando una ilusión de bienestar en la gente. La tasa de morosidad esta baja, no porque hay menos morosos, sino porque hay más gente nueva endeudada. No es la principal causa de la inflación, es notorio, pero es relevante de analizar.


Carranza en su momento evito el tema (mucha coincidencia que se fue cuando las papas estaban por quemarse). Valdiviezo ahora lo afronta a manera de usar todas las herramientas posibles para “combatir” la inflación (término periodístico muy malo, pues la inflación no se combate, sólo se mitiga). La idea no es desaparecer el crédito, sólo es sincerar el consumo de la gente.

Economía XXI fue nominada entre los tres mejores blogs de la categoría Economía del concurso 20 blogs peruanos, organizado por Perublogs y Paginas Amarillas. No gané y no tengo muchas cosas que decir al respecto (comentarios relevantes e irrelevantes en mi blog personal, osea, presiona aquí). Bueno, creo que en cierta ya soy parte de la blogosfera nacional con temática. LA categoría economía ni siquiera aparece en las estadísticas. La mayoría son blogs personales o de otro tipo.


No quisiera ensayar razones para la poca popularidad de los blogs económicos, pues hay casos notables, como el Homo economicus o Punto contable, pero creo que así como ellos, hay muchos que tratamos de no tocar los temas muy “aburridos”, sino simplemente adoptar un punto de vista desde nuestra formación, no una opinión de autoridad del tema, pero si con cierto grado de apoyo profesional.


Quisiera agradecer a las personas que confiaron en mi, aunque debo admitir que hice mi campaña, y bueno, dio resultados (aunque no los que esperaba). Ahora que esto me ayudó a elevar la popularidad de este blog (parte del cometido), mi intención es mejorar asumiendo una mayor responsabilidad. Espero que aquellas personas que leyeron mi blog por primera vez gracias al concurso, lo sigan haciendo.


Parte del blogday implica recomendar 5 blogs a mis eventuales lectores. En un momento quise abstenerme de hacerlo, pero creo que por ahí hay algunos que lo merecen. Estos son:


Más de cien mentiras

Blog de cuentos y relatos de par de amigos de mi universidad. Altamente recomendable. Es interesante por su particular estilo, que combina la realidad y la fantasía. Además, tiene un plus, que es su playlist para amantes de Sabina. (Giank, buena estrategia xD).


Asesinato en el margen

Excelente blog económico de un egresado de San Marcos y que ahora estudia una Maestría en Berkeley. Tiene una visión particular en sus comentarios y siempre es apoyado por un fuerte complemento académico.


Pobres hombres

Tal vez ya sea conocido por muchos, pero es, sin equivocarme, la dirección obligada de muchos de nosotros para entender la mente de casi todas las mujeres. Una mujer contando porque los hombres no sabemos nada acerca de ellas.


Conciertos Perú

Una muy buena guía de la movida musical en Lima. Tiene un contenido muy diverso, no sólo son fechas y copy-paste de notas periodísticas, hay además comentarios de los autores.


Cosas que solo me pasan a mi

Un muy buen blog personal. La vida en post de una mujer que siempre nos trae novedades y sorpresas a todos sus lectores.


Si pudiera recomendaría a muchos más, pero los que no he mencionado aquí, están en mi blogroll.


En los negocios no existe el corazón. Y si existe, el negocio está destinado al fracaso (a menos que sea un restaurante de anticuchos). Las empresas tienen como objetivo maximizar su beneficios (o minimizar sus costos según sea el costo). Es la premisa principal que mueve su comportamiento. La empresa tomará sus decisiones sólo usando como referencia un incremento del bienestar de sus dueños, expresado en términos de los beneficios. Esto nos revela la muchas veces cruda teoría económica. Y es cierta. Todas las personas tenemos esa característica para todo, especialmente los peruanos. El famoso “y cómo es” entra a la escena de cualquier actividad nacional. Todos queremos nuestra tajada. Y las empresas la quieren más grande.


Muchas veces se sataniza la ambición individual de las personas al mando de las empresas, acusándolas de inhumanas y maquiavélicas, en el sentido más riguroso de la obra “El príncipe”, y dando un papel más benévolo a las familias, que a la enfrentan la furia capitalista. Señores, la novela llamada economía no tiene malos ni buenos porque sus protagonistas tienen la capacidad de la doble personificación: pueden ser el “malo” y el “bueno” a la vez. Las familias son las dueñas de las empresas. El problema apareció cuando las empresas ya no tienen un solo dueño, sino miles o millones.


Entonces es que un monstruo llamado transnacional apareció, compró la Inca Kola y ahora decide fabricar la esencia de su sabor en el vecino país del sur. La decisión de The Coca cola Company no es para nada criticable desde el punto de vista económico: busca ser una economía escala. Una empresa es una economía de escala si se encuentra en la capacidad de ir reduciendo sus costos (totales medios) en el largo plazo mientras aumenta su nivel de producción. Cuando la empresa tiene estás características incrementa su nivel de beneficios muy fácilmente. Es claro que no todas las empresas operan así. Pero es un ideal llegar a ese nivel. Las formas de llegar son muchas, la más usada (y adversa en muchos casos desde el punto de vista de la industria nacional) es reduciendo los costos fijos en el caso de empresas muy grandes, que operan en muchos países. Esto es el cierre de plantas en muchos de los países donde opera y mudar la producción a los llamados “centros regionales” donde están las plantas que producen para toda la región. En el caso peruano, Kimberly Clark Perú es la última transnacional en ubicarse por estas tierras incas. Pero así como algunas llegan, otras se van. Pero de todas las que se van , tenía que irse Inca kola, ¡justo ella!.


La empresa no venía bien, las acciones en bolsa de la corporación Lindley no están ofreciendo buenas cifras y era necesario un ajuste. La planta de Surquillo, que preparaba la mágica esencia de la bebida de sabor nacional ahora será hecha por allá y aquí solo se la embotellará. Como dije, la decisión no es reprochable pues debió ser motivada buscando la eficiencia, mediante el ajuste en los costos de producción, y no en ambiciones del país del sur, pues la dueña es la gringa Coca Cola y en Chile, se quiera o no, muchas transnacionales ya están ubicadas y es el centro regional por excelencia (Unilever, Nestle, y para saber cuáles más simplemente revisen el reverso de la mayoría de los productos de su refrigerador).


Probablemente muchos apoyarán la tesis de que sus niveles de ventas disminuirán apoyados por un nacionalismo (muchas veces justificado) pero a mi parecer no creo que sea así. Wong sigue vendiendo lo mismo y la gente ya olvidó el tema, podrá renegar por un precio alto acusándolos de chilenos hi… pero igual cancelan con su tarjeta metro (del Banco del Trabajo, que era del grupo chileno Altas Cumbres). Chileno o no, una Inca Kola siempre acompañará bien un ceviche. Pero si me tocan ese plato, ahí sí agarro el fusil.

CEPLAN: peor es nada


Algunas veces la teoría económica nos presenta ligeras “contradicciones” que escapan a la norma. Por ejemplo, Ronald Coase afirmaba que la empresa, el símbolo del capitalismo rampante, es un “enclave socialista” pues no se maneja bajo las condiciones de la libre competencia, sino bajo la planificación jerárquica. El mercado, obviamente, no es lo mismo. La empresa puede darse esa “salvedad” pues los intereses particulares que la manejan escapan a la teoría. El estado es obligado entonces a no intervenir en la economía pues su carácter planificador distorsiona la eficiencia. En la realidad, el Estado aparece y participa en el mercado. No planifica al mercado, lo regula. Entonces, es natural que para regularlo (para determinados fines) necesite de una planificación previa, así como la empresa lo hace en si misma. El liberalismo a ultranza no lo tolera.


El ceplan ha renacido. Alguien lo despertó del sueño de los inocentes en donde estaba y busca hacerse un lugar dentro del Estado. Ya tiene cabeza a la vista, Agustín Haya de la Torre, un disciplinado militante aprista (tal como lo llaman los medios). Tiene 15 días para conformar la plana dirigente del reactivado organismo del Estado que será dependiente de la PCM, osea, de Del Castillo y de García. No se porqué, pero algo no me huele nada bien.


El ceplan, centro nacional de planificación estratégica, fue creado en el año 2005 pero recién hoy abre los ojos al mundo. La presión mediática (y muchas veces necesaria) forzó su creación y ahora su implementación. El problema aparece porque de por sí el ceplan ya es un problema. Un organismo planificador de la actividad del país con fines claros debería ser una necesidad, a manera de armonizar los objetivos que tienen todos los sectores. La teoría económica muchas veces avala este tipo de organismos. Por ejemplo, el modelo de crecimiento neoclásico (Uhlig, 1997) revela que desde el punto de vista de un planeador estratégico o el de competencia, se llegan a las mismas asignaciones de los recursos, avalando de alguna manera posición pro-planificadoras.


Negar las bondades de este organismo es tan mezquino, como la visón socialista con la cual se la vincula. Ahora, existirá un organismo que definirá los “puntos de partida” de todas las políticas estatales. Se armonizará los objetivos de los sectores del país, coordinando según los grados de relevancia. Por último, sería una especie de órgano vigilante del cumplimiento de las políticas de Estado que han sido designadas, desinflando así políticos amantes de declaratorias de intención. Es una especie de utopía económica que puede ser alcanzada.


Este organismo ha sido creado en teoría para alcanzar objetivos nacionales mediante la implementación de políticas para todos los sectores, pero que a la vez, no tendrán carácter vinculante. Probablemente de esta manera se quiera borrar fantasmas como la del Instituto Nacional de Planificación de la época de Velasco. No convertir al ceplan en un súper organismo todo poderoso está bien, pero crearlo para que nadie le haga caso, es peor. Hay sesgo desde su concepción.


El organismo debería tener un carácter al menos ministerial. No con un ministro designado a conveniencia, sino con un junta de directores (siguiendo el buen ejemplo del BCRP). Asignarle un carácter vinculante a sus políticas le quita ese sabor a buena intención que ahora tiene. No llenarlo de burócratas y tecnócratas, sino de gente capacitada en todos los campos. Buscar el desarrollo del país en conjunto no es una tarea fácil, al menos vamos comenzando.

Estas mini vacaciones de actividades para nada académicas, uno de los vicios más grandes fue la televisión. En uno de estos días que se me ocurrió darle una nueva oportunidad a la superficial Jimena de la Quintana, me llamó la atención uno de sus reclames que son típicos de su programa. Era el spot de Prima AFP donde hace referencia a una confrontación entre la información y la rentabilidad dentro de las preferencias de las personas. Aparece un periodista como defensor de la información como principal determinante de sus preferencias de cartera, y por otro lado aparece un economista asumiendo el cliché de la rentabilidad. Habemus sesgo.


Aquí se necesitan aclarar dos puntos. El primero es que el spot cumple su cometido publicitario. Me parece que es resaltar las bondades que tiene Prima AFP sobre las demás acudiendo a una “supuesta” rivalidad entre los recursos que tiene la gente para formar sus preferencias. Es verdad que la información es necesaria y que la rentabilidad también lo es. Pero ambas no están en rivalidad. Tamaño craso error de la gente de esa agencia de publicidad y es donde aparece el segundo punto.


Como siempre, volvamos a la teoría. No es cierto que en economía la información como recurso no este presente o sea menos importante que factores más clásicos como la rentabilidad. Con la crítica de Lucas en los 70’s, se introduce la figura del agente económico racional en el análisis económico. Este supuesto revela que las personas son racionales en la medida que toman sus decisiones procesando toda la información que tienen disponible. En este caso, la rentabilidad de la AFP es información relevante para las personas, entonces aparece una contradicción la información versus la misma información.


El supuesto de racionalidad del agente no es perfecto. Pero no cabe duda que cualquier persona antes de tomar una decisión recurra a todo su arsenal de información respecto al tema. Por ejemplo, un ama de casa que tiene que decidir que cocinar para el día tiene una restricción presupuestaria (el diario que le da su esposo) sujeto a las preferencias de la familia y a una restricción de “participación” (conviene más cocinar que comprar comida en la calle, por ejemplo).


Debo imaginar que el objetivo de la publicidad no siempre es educar a la gente y muchas veces acomodar los conceptos con fines puramente comerciales. Es criticable pero tolerable. Creo que los publicistas de Prima necesitan de un curso de economía urgente, aunque sea en la UPC.

Que Alan García es el presidente de los ricos no es novedad alguna. Las únicas personas que se podrían rajar las vestiduras con tal afirmación son: un aprista, una dama residente de Los cóndores y un aprista que no se alucina aprista (de los que hay muchos por ahí). Las causas son muchas y muy conocidas, el principal de ellos es que el crecimiento económico no llega a los más pobres y que este malestar se manifiesta en todas las revueltas y manifestaciones que ha habido desde que comenzó la segunda era Alan. Pero, ¿no es que acaso este es un fenómeno natural? Es decir, ¿acaso un presidente no siempre termina siendo el presidente de los ricos?


El problema del Perú es que la administración ilustrada que maneja el país nace con la mentalidad maximizadora de beneficios, al muy puro estilo paretiano, es decir, a costa de quien sea, los pobres peruanos. Sin ánimos de entrar en temas ideológicos económicos, creo que el problema no es el sistema, el problema son los peruanos. Que levante la mano quien nunca ha hecho un acto corrupto. Todos pueden afirmar que el otro es corrupto, pero todos también saben que en el fondo si tuvieran la oportunidad de ganarse un “extra”, también lo harían.


Alan García gobierna con el APRA, el único partido del Perú, pero a su vez el menos preparado para gobernar. Sus manejos políticos son excelentes y admirables, su capacidad de negociación criolla formidable, pero su gestión pésima. No tienen capacidad de gasto, sus habilidades de negociación con las centrales sindicales son pésimas y sus preferencias partidarias son tercas (¿alguien dijo Alva Castro?). Al no poseer habilidades necesarias para dirigir un país tienen que recurrir a la clase preparada para ello, es decir, ¿quienes? la gentita. No sólo los ricos, sino todos aquellos que quieren serlo. Total, ¿quién no quisiera serlo? El detalle está en que si vas a hacerla, hazla bien. En cambio ellos la hacen mal y con roche.


Lourdes flores niega haber sido la candidata de los ricos. Tal vez ella no sea la candidata, pero su lista presidencial era de hecho la lista de los ricos y gracias a Dios que no ganó. Admitó que si me hubiera tocado votar lo hubiera hecho por ella, pues tenía el plan de gobierno más sincero que los demás (no el mejor), pues como vemos al final Alan lo cumple a puño y letra. El problema lo tiene su partido. Ahora ya sabemos la calidad de gente que tenía a su costado y que hubieran sido un peligro manejando la administración pública (imagínense a Antero de primer ministro, a Waisman en Educación y a Rey de ministro de la mujer, ¡toco madera!). De lo que estoy seguro es que la economía hubiera caminado igual, y el tema social hubiera sido manejado de una mejor forma, no tan eficiente pero mejor de todas formas, pues su gente de la Pacífico sabe tanto de temas sociales como yo de química termonuclear.


¿Ollanta Humala? Sin comentarios. De sólo pensar en eso terminaría durmiendo con la luz prendida por varias noches.

Una de las reglas básicas de cualquier curso sobre finanzas es que uno debe invertir el excedente de sus recursos, es decir, el dinero que no utiliza (sus ahorros). Esto se aplica cuando ya se han cubierto todos sus gastos vitales y se tiene un “guardadito” el cual se puede invertir en un instrumento que más se asemeje a nuestros gustos y preferencias. El problema económico aparece cuando uno fuerza el ahorro, obviando o ajustando gastos necesarios y vitales. El problema aparece cuando el Perú ahorra y se enorgullece de tal hazaña ante televidentes que no pueden salir en fiestas patrias porque ni sus ahorros les alcanzan para salir, además que no tiene cable y tienen que ver un discurso de 1 hora y 46 minutos.


La verdad que no vi el mensaje entero, apenas prendí la tele para “tratar” de aliviar el enorme dolor de cabeza que tuve por una reunión un día antes. No presté mucha atención sólo hasta que lo escuche hablar del superávit fiscal. Bueno, me imaginaba que, al igual que muchos, haría un mea culpa sobre tal cifra (3.1% sobre el pbi en el 2007, es decir, 6029 millones de soles). Pero no, me equivoque. Este señor se enorgulleció de tal cifra, acompañándola de más numeritos que la verdad no escuche por la conmoción. ¿Superávit fiscal en el Perú? Como dice Alfredo Ferrero, en Finlandia o Suecia te lo paso, pero en el Perú es elogiar que se haya guardado dinero cuando hay miles de cosas que hacer (miles de excluidos que se sienten más excluidos si se les llama así).


Básicamente, el superávit (o el déficit) se origina cuando hay un desfase entre los montos presupuestados y los reales. El problema está en que con los ingresos no hay problema, crecen (a tasas muy bajas dicho sea de paso, apenas 4.7% en el 2007 respecto al 2006, y un año antes a 4.5%), el problema está con el gasto. No es para nadie un secreto que el Gobierno de García no sabe gastar. Parece fácil, no lo es. No se trata de comprar lo que sea. El sistema nacional de inversión pública, ajustado a estándares internacionales para un correcto uso del dinero de todos, resulta demasiado “exigente” para las mentes preparadas de todos los organismos públicos. El gobierno apenas invirtió 1.8% en el 2007 más que el 2006.


Ahora, no toda es culpa de la administración central, los gobiernos regionales tienen mucha culpa de este superávit. No tienen la capacidad profesional ideal para crear proyectos de inversión eficientes para el SNIP, que puedan ser aprobados. Resulta sumamente gracioso ver a García en un comercial de televisión felicitando a Alva Castro por los patrulleros comprados, cuando al que tiene que agradecer es la ONU que fue quién los compró, porque su ministro lo intentó dos veces y no pudo, pero ahora que él no se metió, por fin de pudo comprar (es un ministro aprista, ex ministro de economía, ¿?).Un municipio lejano, donde el alcalde apenas tiene secundaria completa, no tiene la capacidad de crear un proyecto sustentable. Es necesario algo más.


También hay superávit de la balanza de cuenta corriente (3.0% en el 2006 y 1.4% en el 2007). Esta brecha externa, sumado al superávit fiscal, nos indica la existencia de un superávit privado. La inversión privada no crece lo suficiente para ajustar un crecimiento de la oferta a la demanda interna. Es decir, si el Gobierno gastaba ese superávit es muy posible que la demanda se hubiese disparado más, incrementando la brecha. Pero está no sabemos certeramente si fue una política prevista. Personalmente no lo creo. La única razón del aumento de ese superávit es la incapacidad de gasto. De apoyo a los gobiernos regionales. Ellos no pueden gastar un sol sin sustentarlo previamente. Solución: ¿mandar economistas a las regiones? No se si sea la única, pero es una muy buena oportunidad de trabajo al menos.


El marco macroeconómico multianual espera descender este superávit a 2% para este año, aumentando la cantidad invertida por el gobierno central. ¿Y las regiones? Seguirán protestando.

¿Es la economía justa?

Cuando empecé a estudiar economía, era imprescindible manejar ciertos términos. Uno de ellos era, aunque parezca risible, saber que es la economía. Manejaba mis definiciones que me dio la pre, pero los profesores me pedían algo más. Es entonces que tuve mi primera práctica calificada sobre los diez principios de la economía, del libro de Mankiw. Este señor define la ciencia de mis ojeras como el modo en que la sociedad gestiona sus recursos escasos. Aquí comienza todo.


En términos generales, la economía busca asignar eficientemente los recursos. Este término, eficiencia, es el que más controversia causa. Los economistas nos clasificamos en dos tipos: positivos y normativos. Los positivos son los que generan ciencia y teoría (últimamente más teoría que ciencia) y están ligados al término eficiencia íntegramente. Son los que han creado los teoremas, leyes y todo lo que los economistas estudiamos toda una vida. Los normativos son los que nos dicen como deben ser las cosas. Su fin es más social y empírico. Son pocos. Los primeros, gracias al avanze del último siglo, se apoyan en la lógica matemática para fundamentar sus aciertos. El único objetivo que buscan es crear ciencia. Los otros no siempre tienen un armazón matemático amplio, pero si basan sus ideas en lo que los positivos han encontrado. Por ejemplo, la ley de la demanda es una teoría positiva indiscutible. La discusión acerca de su funcionamiento dentro de la sociedad (llámese regulación en algunos casos) ya no compete a un análisis científico.


Ya aquí se observa una respuesta a nuestra pregunta inicial: la economía no es justa, pero busca serlo. No lo fue antes aunque trata de serlo ahora. El término eficiencia se refiere a asignar los recursos que tenemos a los agentes económicos (familias, empresas o gobierno) que mejor lo sepan aprovechar. Es decir, si tenemos 100 soles y dependiendo de los planes que tengan, un economista busca maximizar ese recurso, pues es escaso. También buscamos el equilibrio, no social sino económico. Asumimos que todos estarán contentos con este equilibrio. Se supone que es cierto, el “pequeño” detalle es que nunca estamos en equilibrio porque nadie sabe cuál es.


El señor Pareto nos da otra idea: el bienestar de alguien puede mejorar si empeora el de otra persona. Más claro que esto no hay. Nosotros buscamos la eficiencia, asumiendo que así todos serán felices. ¿Se puede medir la felicidad? Claro que no. En la mayoría de los casos, creemos que depende de cuanto consumamos. No queremos al gobierno. Para un economista, el gobierno no debería existir, pero lo necesitamos si queremos mejorar y empalizar a nuestra carrera con la sociedad. Nosotros creamos modelos que intentan replicar la realidad, cada vez mejores dicho sea de paso. Tiene lo más último en análisis matemático. Somos una ciencia social, cliché que tendremos por siempre pues nuestro objeto de estudio es la sociedad, aunque nos sentimos orgullosos de ser la más eficaz en analizarla (sorry a los antropólogos, sociólogos y todos los que sólo llevan estadística descripitiva).


Para nosotros, las personas no se cuentan por una. Son todos. No queremos saber cuántos son exactamente. Queremos saber que porcentaje son. No es una crítica. Esto nos da mayor facilidad de análisis y además no es una ciencia perfecta. Tampoco somos inhumanos porque no seamos justos. Simplemente que nuestro trabajo busca hacer feliz a la gente (era un objetivo tácito), induciéndola a sacar el máximo provecho a lo que no tienen, tratando de convencerla que eso es lo mejor. El problema es que la gente nunca está contenta con lo que tiene, quiere más. La economía, tal como lo definen los clásicos, ya no tiene como único objetivo asignar eficazmente los recursos, también ahora tenemos que hacer que nuestro objetivo “tácito” sea el principal. Vaya trabajo que nos toca.

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